El papel de la amistad

Esta es una historia real sobre la importacia de los amigos en momentos de cruciales de la vida, los nombres de los protagonistas han sido omitidos para protegerlos de burlas, risas socarronas, y comentarios por la espalda. Cualquier similitud con libros de Victor Sueiro y demás novelas fantásticas es pura y simple coincidencia.
Una tarde de invierno los dos periodistas radiales (de cuyo nombre no quiero acordarme, diría Cervantes) volvían de una de sus largas reuniones de producción en algún departamento de la calle Colón mate amargo mediante. Hacía mucho frío y una persistente llovizna parecía alejar a cada paso la parada de colectivo. De repente, en las cercanías de un gran centro comercial, los cimarrones (o las medialunas de ayer) comenzaron a hacer efecto y el descenlace era inevitable, no había ninguna posibilidad de llegar, ni al omnibus, ni a sus casas. El shoping era la unica salida y si se tiene en cuenta la garantía higiénica de los baños en estos lugares no se antojaba como una mala opción, así que el conductor con voz ronca y su escudero de mala vocalización partieron raudos a desahogarse en retretes contiguos. Todo transcurría con relativa normalidad hasta que, una vez finalizados los mensteres, una voz ronca -mezcla de Jorge Formento y la nena del exorcista- producto de muchas noches de gin(a veces sin)tonics rompió el silencio con un ruego estremecedor:"habilitame papel" y luego de unos segundos de risa contenida el rollo salvador llegó por debajo del tabique.
Tal vez esta historia sólo le haga gracia a sus protagonistas o quizás no, igualmente no es la risa (o si) sino el consejo, el objetivo que persiguen estas líneas: para exonerar los intestinos (Dolina dixit) nada como la casa propia, una revista y 74 metros de repuesto, pero si el destino tramposo quiere que sea en otro lado es mejor tener un amigo cerca. Como en la vida misma ¿no?.

2 se cantaron algo:

Sr. M dijo...

a falta de amigos, o papel, siempre es bueno tener a mano un pañuelo de tela. He dejado varios cadaveres por ahi.
Adhiero plenamente de que no hay nada mejor que un trono placentero en casita con muchas revistas.


PD: Amigo Sandro, cual de los dos era usted?

Ci Vediamo

el capitán beto dijo...

Mire, no puedo revelar la identidad, además cualquiera de las identidades que admita se pondrían en duda.
Además quitaría el poco misterio que tiene.

Salud y buenos alimentos