Pasaron ya 365 días desde que se publicó este humilde post inaugural. Una foto y un par de palabras iniciaron el camino que hoy cumple su primer año de vida. Si señoras y señores, si lectores, si amigos: Una muchacha y una guitarra (la fórmula de la felicidad) cumple su primer aniversario y mientras esperamos la llegada del cliente un millón con una canasta de mercadería y 100 pesos en luncheon check, procederemos demostrar nuestra gratitud.
Muchas gracias a todos los que han comentado alguna vez en este humilde espacio, a los que les ha gustado más, a los que les ha gustado menos, a los que les ha gustado más o menos y a los que no les ha gustado. Gracias también a los amigos que post a post están ahí y a los amigos que no pasan nunca ni siquiera a tocar timbre para luego darse a la fuga. Gracias también por creer verdad las muchas fantasías que acá se publicaron y por creer mentira las no pocas historias verídicas que tantas veces ilustraron este blog.
Al usuario anónimo que saluda a su vieja (al que se lo banca a muerte) y a todos los amigos que conocí por este medio (no nombro a nadie para no quedar mal –típico lugar común-) infinitas gracias. Seguramente no hubiera sido nada sin ustedes y sin alguna gente que nos acompañó desde el principio, algunos siguen hasta hoy; gracias…totales.*
Sandro y los de fuego
*esto nos suena de algún lado pero no estamos muy seguros de dónde