Cuando era chico (y de eso no hace tanto che!) las siglas eran más bien pocas. SA determinaba que una empresa era una sociedad anónima y también le daba nombre a un hotel alojamiento (aunque ya más grande me di cuenta que la gente no va a este sitio precisamente a alojarse), MOLM eran los colectivos que me llevaban a mi casa, EEUU los gringos del norte y RRPP mis superiores cuando era tarjetero de Archie.
Pero en algún momento de estos, nuestros días algo cambió. Caiga quién caiga empezó a ser CQC y Perdona nuestros pecados PNP, AC dejó de significar sólo antes de Cristo para convertirse en Andrés Calamaro y hasta este espacio alguna vez fue UMYUG (LFDLF). Antes las siglas eran de uso casi exclusivo de sindicatos y afines, y ahora sirven para nombrar programas de televisión, grupos de música y hasta farmacias de turno: La vela puerca es ahora LVP, No te va gustar es NTVG, Héroes del Silencio es HdS y JAF es un boludo (igual que Bunbury). En este matete (creo que ante el continuo atentado lingüístico se me permite esta licencia) idiomático tranquilamente se puede confundir a Soda Stereo con la policía nazi, a
Las siglas nos invaden, pueblan nuestras revistas, ocupan las primeras planas de nuestros diarios, abundan en las parrillas televisivas y si esto sigue así diremos MDUKDChPF para pedir un kilo de chorizos. La siglas, junto con los mensajes escritos con k, se empeñan en resumirlo todo y esto quizás es el signo d elos apurados tiempos que corren. Las siglas me tienen podrido y por mi se pueden ir a LRPMQLRP.
Papá por siempre
Hace 13 años.