El Colorado Julio no era demasiado afín con las nuevas tecnologías, descreía de los chat, pataleba en contra de internet y afirmaba que los reproductores de mp3 suenan como el culo. La rápida evolución de la red y sobre todo la instalación de un cyber café en su barrio, lo hizo amigarse un poco (aunque no mucho) con la computación. Mandaba mails, jugaba al truco online con un amigo que la crisis de 2001 había empujado a Berlín y de vez en cuando chateaba con mujeres de otros pagos, aunque sin llegar a trabar amistad alguna con ninguna porque había algo que lo atormentaba: la mentira.
Julio no es de esas personas que consideran la mentira un pecado capital, pero la facilidad que ofrece la red para ocultar (o al menos disfrazar) la verdad le parece espantosa porque detrás del aparentemente inocente nick de Sandra, puede esconderse un asesino serial, la abuela de tu mejor amigo o el travesti de la esquina (que casualmente se llama Sandra). Feos que se mienten lindos, vagos que dicen ser trabajadores, adolescentes que afirman ser adultos, viejos que escriben todo con k, tipos que firman con nombres famosos, mentiras todas que distan mucho de aquellas que en sus años mozos el colorado había convertido en un verdadero arte.
Por ese entonces Julio se llamó Bryan, Byron, Ezequiel, Ismael, Gonzalo y Mauro. Fue restaurador de cuadros, químico en una fábrica de alfajores, dueño de un telo, hincha de Vélez, plomo de Charly García, fiscal peronista, amigo de Alejandro Lerner, extranjero, perito mercantil, porteño, futbolista profesional, surfer y camarógrafo de un canal de cable. Además visitó lugares tan exóticos como las Galápagos, Madagascar, Alaska y Necochea. Aquellas mentiras eran verdaderas joyitas que construía sin necesidad de esconderse detrás de una computadora, que surgían casi espontaneas cuando alguna oreja femenina se disponía a escucharlas, predispuesta a creer verdad cualquier fantástica historia que olvidaría ni bien cruzara la puerta, cómplice y a la vez compañera de juego que podría ser (según la ocasión) bailarina del Colón, secretaria del Intendente, jugadora de Hockey y dueña de un supermercado.
Esas mentiras de ayer no buscaban el engaño en si, no perseguían la estafa, no pretendían sacar ventaja, sino que eran quizás el reflejo de lo que cada uno hubiera querido ser, como una aceptación de las frustraciones. Por eso y también porque es un melancólico empedernido, el Colorado Julio está cada vez más convencido de que mentiras eran las de antes
Julio no es de esas personas que consideran la mentira un pecado capital, pero la facilidad que ofrece la red para ocultar (o al menos disfrazar) la verdad le parece espantosa porque detrás del aparentemente inocente nick de Sandra, puede esconderse un asesino serial, la abuela de tu mejor amigo o el travesti de la esquina (que casualmente se llama Sandra). Feos que se mienten lindos, vagos que dicen ser trabajadores, adolescentes que afirman ser adultos, viejos que escriben todo con k, tipos que firman con nombres famosos, mentiras todas que distan mucho de aquellas que en sus años mozos el colorado había convertido en un verdadero arte.
Por ese entonces Julio se llamó Bryan, Byron, Ezequiel, Ismael, Gonzalo y Mauro. Fue restaurador de cuadros, químico en una fábrica de alfajores, dueño de un telo, hincha de Vélez, plomo de Charly García, fiscal peronista, amigo de Alejandro Lerner, extranjero, perito mercantil, porteño, futbolista profesional, surfer y camarógrafo de un canal de cable. Además visitó lugares tan exóticos como las Galápagos, Madagascar, Alaska y Necochea. Aquellas mentiras eran verdaderas joyitas que construía sin necesidad de esconderse detrás de una computadora, que surgían casi espontaneas cuando alguna oreja femenina se disponía a escucharlas, predispuesta a creer verdad cualquier fantástica historia que olvidaría ni bien cruzara la puerta, cómplice y a la vez compañera de juego que podría ser (según la ocasión) bailarina del Colón, secretaria del Intendente, jugadora de Hockey y dueña de un supermercado.
Esas mentiras de ayer no buscaban el engaño en si, no perseguían la estafa, no pretendían sacar ventaja, sino que eran quizás el reflejo de lo que cada uno hubiera querido ser, como una aceptación de las frustraciones. Por eso y también porque es un melancólico empedernido, el Colorado Julio está cada vez más convencido de que mentiras eran las de antes
16 se cantaron algo:
Kokoro Scan!
La mentira se hizo mas vil, sin la viveza criolla del cara a cara.
Pero tambien logro mayor alcance e imaginacion, realismo magico puro.
este posteo retoma aquel concepto, de antaño, de que el pasado es como una mentira piadosa.
Acá aparecióooo!!!, recuerdo cuando me dijo que iba a hablar de este tema...¿se acuerda?...cuando mande mi : puramentira.blog????...
Que quiere que le diga...casualmente y últimamente vengo sensible con el tema...y mejor LO DEJAMOS AHÍ...
Pero...sabe que? yo debo haber sido la única el la historia de la cibernética...que dice quien es...postalina!!! seré sonsa!!!
Pero eso si, ahora mi MSN 21.4 trae filtros para psicópatas y bipolares... no sabe cómo abundan!!!!!! (y los piratones, ni le cuento!!!)
Saludetes condorosetes!!!
PD: que bueno que pasó por senos...graciasssss!!!
ahhh.. yo también otrora he tenido nombres y actividades falsos..
ahora que tengo la oportunidad de seguir haciéndolo detrás de un monitor, dejé de mentir.. que loco..
buen post, sandro..
wow, veo que cambió el diseño así de un zaque.
señor, si dispone de un segundo libre pase por mi blog y fijesé que su link ahora tiene asociado un iconito personalizado, espero que sea de su agrado.
beso,
¡¡¡Hola señor Sandro!!! muy buena su nota (como siempre),como decia mi abuelita ¨la mentira tiene patas cortas¨ por eso yo siempre digo la verdad y no me meto a jugar al truco online (si sabe la pagina digamela).
Le mando un abrazo grande y otro a sus queridos lectores y por supuesto un beso a mi vieja.
FIRMADO: Diego Armando Maradona
Internet hace milagros!
Che.. pintamos el bulo???
yo puedo asegurar que jamas le menti a caro por la web, siempre le dije la joya que era
Antes que me olvide: le quedó lindo el diseñete....
¿Hay que ser más formales en los comentarios o podemos seguir con la medicación con la que veníamos de antes?
Saludos!!!
AH BUENO! Pintaste el rancho! Muy bueno te quedó, vecino!
Un abrazo!
Escriba amigo, que usted lo hace bien, me insíra.
Lavada de cara, me parece bien, era hora...
Yo lo quiero comos sea :)
Juas, inspira es che.
te felicito, escribis muy bien.
Un crá el Colo. Y usté relatando también la arruga.
Saludos Don.
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