Auto sin stereo o el último cassette*

La semana pasada me robaron el stereo, “¿y a mi que me importa?” dirá usted, inquieto lector, “y no sea tan ansioso” diré yo, ignoto firmante. Retomo. Dicho suceso provocó que me quedara sin música en el auto, entonces decidí rescatar del baúl (el del coche, no el de los recuerdos) una vieja radio de cassette que derivó en estas líneas.
Primero procedí a rescatar algunas cintas que circulan por casa: Dios los cría en tamarindo, Doors, Stones, Beatles, Corderos, Charly, Radiohead, Santana, Redondos, Soda, Goyeneche, algún que otro recopilatorio y otros que directamente descarte como las clases de alemán y uno de Raphael que seguramente es de la vieja. Enseguida me acordé de la colección de cassette que, con caja de zapatillas incluidas (si no existieran los cassetes las zapatillas vendrían en una bolsa leí una vez en Fideos con Manteca), le regalé a mi sobrino como herencia roquera: más Stones, Ratones, Cadillacs, Abuelos, Calamaro, alguno original de la cbs cuando aún no era Sony Music, otros de Sony cuando todavía no era Bmg y el Puma Rodríguez -otra vez de mamá-.
Después seguí recordandome a mi mismo con el “Sol & rock Nacional ‘85” en el bolsillo parado-emocionado en la esquina de LuroIndependencia (Ojo! No Luro e Independencia, ni Independencia y Luro) y de esos crueles y desprolijos compilados con enganches imposibles: de Gun’s a Jackson, de Elvis a Poison pasando por Los Visitantes, sin escalas y adornado con la voz del locutor de turno susurrando “fm stereo rey”. Lengüetas de seguridad tapadas con cinta scotch, para grabar y regrabar por la eternidad, repuestos y herramientas para reparar las traicioneras enrolladas de la cinta, algodón y alcohol para limpiar el cabezal, y otros utencillos que formaban el ritual.
El cassette perdió vigencia poco a poco, primero el CD, después el mp3 y el romántico regreso del vinilo y mañana será otra cosa. Suenan mal, el arte de tapa luce poco, se arruina con el desuso, pero me traen tantos recuerdos de mis primeros coqueteos con la música: si, me trae recuerdos ese formato casi extinto. Asi que ya sabe, astuto lector, tenga cuidado que ese cassette que esta escondido en su repisa, ese otro que descansa en su guantera, ese que ahora está rebobinando con una lapicera para no gastarle las pilas al walkman, ese mismo, quizás sea el último cassette.

*si me copé con los títulos ambigüos, onda Sui Generis ¿y qué?