Los monstruos de mi infancia

“Las historias fantásticas suelen despertar nuestro asombro con transformaciones mágicas. Un hombre se convierte en pájaro, una dama se hace flor, un muñeco cobra vida” dice Dolina y vienen a mi memoria innumerables de algunos personajes que amenizaban las noches en las que en casa se cortaba la luz y ya nos aburríamos de la generala, y otros entretenimientos lúdicos familiares. Algo así como un catálogo de los monstruos de mi infancia.
El viejo de la bolsa, el cuco y la luz mala quizás sean los más conocidos, pero también los menos atrayentes ya que no se le conocen muchas apariciones públicas. Al Hombre Gato* se lo vio no hace mucho por Villa Celina y al Chancho con Cadenas se le pudo oír arrastrar el final de su nombre indistintamente por Campana, Pinamar o General Madariaga mientras su familiar directo el Chancho Gente asustaba a los pibes de mi barrio marplatense.
Más entretenida es la historia de La Llorona de Necochea, que una noche fue emboscada por los novios de las señoritas asustadas y recibió una paliza monumental. Nunca se lo volvió a escuchar por esa zona necochense. Por otra parte se descubrió que no era más que un pelado con una túnica negra y un grabador con un llanto de bebe quien después de la biava se mudó a Tres Arroyos y jamás volvió a encarnar a la llorosa viuda.
Todo el mundo sabe que el séptimo hijo varón se convierte (las noches de luna llena) en el Lobizón -una versión criolla del Hombre Lobo- pero pocos conocen la leyenda del Lobo del bosque Peralta Ramos que se convertía en Humano el primer martes de cada mes y por esto recibía la burla de los integrantes de su manada por lo que huía corriendo en pelotas por las calles de la ciudad. Creo que un martes de febrero lo vi pasar por la esquina de mi casa pero lo debí confundir con una despedida de solteros porque le tiré una bombucha.
Drácula, Frankenstein, Dr Jekyll & Mr Hyde y alguna criatura más que se escapa de mi memoria quizás nacieron de algún corte de luz pero carecen de romanticismo barrial (debido a su éxito editorial) para desarrollar sus relamidas aventuras. Los relatos de monstruos autóctonos escasean, se repiten y las criaturas que las protagonizan son siempre las mismas y tal vez sea porque los adultos de hoy en día andan muy ocupados para inventarnos historias que nos obliguen a tomar la sopa.


*publicado en días que se empujan en desorden

Inventario

En estas fechas cercanas a un nuevo aniversario de mi nacimiento, la nostalgia, la melancolía se apoderan de mi persona, y comienzan los recuerdos anecdóticos de mi cada vez más lejana infancia. Esta situación sumada a una encuesta que encontré bolude…(ejem!) navegando en Internet sobre los 10 inventos más importantes de la historia de la humanidad me han llevado a confeccionar mi propia lista . Además en cierto modo es otra forma de abrir nuevamente este humilde espacio para conocer los artilugios que han significado de importancia para usted, amigo lector, y de esta manera realizar una pequeña encuesta.
En este caso, después de un arduo debate, he elegido los inventos que significaron algo para mí en mi niñez y hasta en mi eterna y vieja juventud (Homero querido). En primer lugar está la radio que grandes momentos me dio tanto dentro como fuera de ella, la música la sigue muy de cerca junto a la máquina de escribir. Y afuera del podio ordenados aleatoriamente encontramos al walkman Unicef (que a más de uno nos ha hecho pasar la tarde entretenidos rebobinando cassettes con la lapicera), a los caramelos fizz y a los jugitos congelados, sin olvidar por supuesto, la bicicleta multiusos plegable rodado 20. Merecen mención especial las tortas negras, el Gálaga y por último el polirrubro (orgullo marplatense que se oculta en otras partes del mundo bajo el nombre de Maxikiosko o Minimarket) al que me veo llegar con una lista anotada en un papel arrugado (para evitar cargadas):” dos litros de kerosene, un jockey suave corto, unas “flecha” número 32…y el vuelto de gomitas”. Algunas invenciones se han quedado a las puertas de la lista principalmente por una cuestión de espacio como el wincofón, el fernet-cola, las hojotas hawaianas, la cámara de fotos y el citroën 3cv. Otras como Internet, el teléfono celular móvil, y el corrector de ortografía del Word, si bien han sido (y son) muy importantes carecen del romanticismo necesario para ingresar en este ranking.
En este repaso también he recordado inventos macabros, en el que el ser humano ha malgastado su tiempo como las armas, los cantantes de cumbia, el horóscopo chino (y el occidental), los programas de Lucho Avilés y los discos de JAF (no podía faltar).
Ahora, amigos, sólo espero sus inventos para recordar los que olvide, para compartir los que recordé o simplemente para volver a sentir el cosquilleo de la espumita de un fizz en el paladar.

Negro el ocho

La historia de hoy llegó a nuestra mesa de trabajo (en realidad es un tablón con dos caballetes) hace unas semanas y luego de ser sometida a un exhaustivo análisis y a una ardua investigación por un cualificado grupo de expertos*, hemos decidido ponerla a disposición de ustedes, curiosos lectores. Si bien no se puede dar por seguro la veracidad de este suceso, se omitieron los nombres y lugares para evitar posibles cachadas inoportunas.
En algún lugar del mundo, un viernes por la tarde, un hombre decidió visitar un consultorio de futurología, más que nada por curiosear porque según siempre afirmó “yo no creo en esas cosas”. Ya en el lugar, bastante oscuro y con un fuerte olor a incienso, sentado frente a dicha persona y con las cartas de tarot sobre la mesa, escuchó tres revelaciones que cambiarían su vida:

- Veo el 8...jugale.
- ¿a qué?
- Lotería, caballos…
- ¿Por qué?
- Te va a traer fortuna
- Está bien
- No mires “Bañeros 3”
- ¿por qué?
- …(silencio)
- Está bien (yéndose)
- Ah... me olvidaba pibe, no compres discos de JAF

Sin preguntar por qué, dejó los 80 pesos de la consulta arriba de la mesa, pegó un portazo y se fue para el hipódromo.
De paso le jugó 08. Ocho pesos a la cabeza. Nacional y Provincia. Acto seguido pasó por un cajero, sacó ochocientos ochenta y ocho pesos y se fue para la parada del 8. Ya en “los burros” se dirigió hacia la ventanilla 8 dónde apostó todo el dinero al caballo número 8 (“Riverito”) en la octava carrera que comenzaba a las 20. Se dirigió hacia las tribunas y se sentó en la fila 8 a esperar el desenlace. La galopada fue pareja, la multitud estaba expectante, unos gritaban desaforados, otros puteaban y en un final reñido,“Riverito” entró octavo. El hombre, a punto de llorar, rompió los boletos y se marchó. Camino a su casa pasó por una agencia y vió como el ocho había salido a la cabeza en la Lotería de Montevideo.
Quizás la adivina se equivocó o tal vez no y sólo quiso demostrar una vez más que el dinero y la fortuna no son la misma cosa.

*Los de fuego

Brilla tú, diamante loco


Cuenta una negra leyenda que el famoso Diamante Hope (antiguamente conocido como Diamante Azul) está maldito desde que un sacerdote hindú lo robó del templo de la diosa Sita y fue torturado hasta la muerte, aunque esto se puede entender como un castigo por el delito cometido. En Europa del siglo XVII, la joya apareció (la sustrajo, ¿no?) en manos del contrabandista francés Jean-Baptiste Tavernier, quien murió tras ser atacado por una jauría de perros salvajes, tal vez disparando del algún hurto.
Años después un joyero galo vivió obsesionado con el dichoso diamante hasta que una mañana de marzo se suicidó luego de perder la razón. Años más tarde la piedra fue adquirida por el príncipe ruso Iván Kanitoisski quien meses más tarde moriría asesinado luego de matar a una de sus amantes parisinas. Historias como estas hay miles hasta que 1958 luego de ser depositado (como no) en el Smithsonian Institut de Washington dejó las maldiciones para otras gemas.
Como no podía ser de otra manera una copia no muy fiel, comercializada por un chino, hizo estragos en la historia reciente, aunque con un efecto bastante diferente, transformando las desgracias en hechos inéditos y otrora imposibles. Así se sospecha que el Diamante Jope se escondió en el bolso de Gabriela Sabatini cuando ganó el USOpen, y en el bolsillo de la camisa de Mostaza Merlo el año que Racing volvió a ser campeón. También se cree que Marcelo Tinelli lo utilizó ilícitamente para pasar del “pum para arriba" a la multimillonaria cuenta bancaria de estos tiempos, así como Julio César Toresani hizo lo propio para jugar en River y en Boca. Fuentes malintencionadas mencionaron también que este cronista adquirió el diamante (por la módica suma de 75 pesos en Luncheon Check) para aumentar el número de comentarios, cosa que desde estas líneas se desmiente ya que el autor de las mismas no tiene acceso a estas cosas (en clara alusión a los mencionados bonos).
Cosas extrañas (algunas buenas y otras desgraciadas) han sucedido a lo largo de la historia y es muy cómodo -la verdad- echarle la culpa a una piedra por más preciosa que ésta sea o a que todo está escrito. Por las dudas, el abajo firmante, (y como cantaría Sabina) cuando le hablan del destino cambia de conversación.